DESAPARECIDO POLÍTICO DE LA IV REPÚBLICA

DESAPARECIDO POLÍTICO DE LA IV REPÚBLICA

domingo, 26 de octubre de 2025

Los Profetas del Fracaso y la Resiliencia de un Pueblo

 #insurgenciadelsigloxxi

Otra forma de informar y opinar. @omahdez78 / @omarhdez52-1 / omarhdez78 / omarhdez356628

¡Sin memoria no hay Victoria!

Los Profetas del Fracaso y la Resiliencia de un Pueblo

Firmado: Omar José Hernández Borges

La columna "Mar de Fondo" de Omar González Moreno, especialmente su entrega titulada "Advertencia Final a Maduro", es un ejemplar más de un género periodístico particular en Venezuela: la profecía autocumplida del desastre que, sistemáticamente, no se cumple. Basta un recorrido por los archivos de publicaciones como Tal Cual o La Antorcha para encontrar un repertorio repetitivo y estéril: "Se acabó Maduro", "Cayó Maduro", "La hora final del régimen". Esta retórica no es nueva; es el eco de un mantra que por 26 años ha coreado su jefa política, María Corina Machado, una figura a quien en el imaginario popular venezolano se le asocia, con justa razón, con "La Sayona", ese espectro de la leyenda llanera que promete calamidades y solo deja desolación a su paso.

El último capítulo de esta tragicomedia lo protagoniza el otorgamiento (y su posterior puesta en veremos) del Premio Nobel de la Paz. El Comité Noruego, en un acto de rara lucidez, ha manifestado una divergencia fundamental: las actuaciones y declaraciones de la galardonada son antagónicas al espíritu de concordia que el premio representa. Este descrédito no es casual. Anteriormente se había filtrado la sórdida sospecha de que el galardón era el producto de una transacción, orquestada por Marcos Rubio y María Elvira Salazar con fondos de la denominada "gusanera cubana" de Miami. La farsa se completó con filtraciones a casas de apuestas, intentando crear una aura de favoritismo mundial. El escándalo fue de tal magnitud que el propio Comité suspendió las actividades del premio este año, en un intento desesperado por lavar la cara de una distinción que debería surgir del consenso y honrar a auténticos paladines de la paz.

El ridículo culminó cuando la supuesta ganadora, en un arranque de realismo mágico, declaró mantener una frecuente comunicación amistosa con Donald Trump, solo para que el magnate, preguntado al respecto, afirmara no conocerla. Este episodio dantesco es un fiel reflejo del universo paralelo en el que opera la oposición más radical.

Volviendo a los profetas del desastre, el modus operandi es claro: primero, "La Sayona" y su organización de corte terrorista-fascista (que no ha dudado en alinearse con Netanyahu y en solicitar por carta una invasión multinacional a Venezuela) lanzan una consigna. Luego, sus panfletarios, como González Moreno, la traducen en titulares catastrofistas. Esta estrategia no solo busca vender una esperanza hueca a una base parcial que se reduce día a día, sino que es un mecanismo de financiamiento: cada titular es pagado con los dineros sustraídos al patrimonio nacional durante el grotesco interinato de Juan Guaidó, otra aventura fracasada que contó con el beneplácito de esta misma cúpula. Ese financiamiento continúa a trtravés de los dineros de activos en el extranjero del país y de quienes apoyan al engendro del mal desde la derecha internacional.

Su llamado a la acción es un sonoro silencio. Convocatorias a concentraciones y protestas, como la reciente en las iglesias por la exaltación a los santos José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles, han dejado al descubierto su absoluta desconexión con el pueblo. No logran movilizar ni a sus bases más fanáticas. Han optado por la vía de la confrontación, pero, gracias a Dios, carecen del pueblo necesario para arrastrar a Venezuela a la guerra civil que Estados Unidos, con el movimiento de sus fragatas y portaaviones en el Caribe, parecía anhelar.

La narrativa fabricada, como la del "Cartel de los Soles", se desmorona con declaraciones como las del ex marine Jhon Guodro, un mercenario contratado por Guaidó, que desnudan la verdadera naturaleza de estas operaciones de falsa bandera.

Estados Unidos, o más concretamente, la facción representada por Marcos Rubio y Donald Trump, compró una narrativa falsa: que los venezolanos ansiaban una invasión. Se encontraron con un país en calma, recuperándose de una guerra híbrida y preparándose para la Navidad, con una población que ha desarrollado un anticuerpo contra la intervención extranjera. Al ver su fracaso interno, voltean la mirada hacia Colombia, su aliado histórico, pero incluso allí, una manifestación gigantesca el 25 de octubre de 2025 les envió un mensaje claro: no cuenten con nosotros para agredir a nuestro hermano siamés.

Como lo intuye el panfletario, el movimiento de un portaaviones pretende asustar a los pueblos de herencia bolivariana. Pueden seguir titulando y rumiando sus fracasos. Ya casi nadie les presta atención. El pueblo venezolano tiene claro que la única "dictadura" que ha conocido y que defiende es la dictadura del proletariado, instaurada desde que Hugo Chávez llegó al poder el 2 de febrero de 1999 y él transfirió ese poder al pueblo.

Los aventureros que intentaron entregar la Guayana Esequiba a los yankee quedaron al descubierto. Como fariseos modernos, se han quedado solos en un país destinado a la grandeza, no a ser desmembrado y vendido por partes por los neocolonialistas.

Venezuela seguirá siendo libre, independiente y soberana. Los amarillistas y mercenarios del periodismo pueden seguir titulando sus necróticas ilusiones, que caerán en sacos rotos. Un pueblo que estudia su historia y comprende los procesos políticos, económicos y sociales está blindado con una cultura revolucionaria invencible.

Para concluir, es pertinente mirar al Norte. El gobierno de Donald Trump tiene el rancho ardiente. Las multitudinarias protestas en Estados Unidos son un recordatorio de que su estrategia de exportar guerras para ocultar crisis internas es un juego peligroso. A Trump lo esperan serios problemas judiciales, incluidos los casos vinculados a Jeffrey Epstein, que bien podrían terminar por derrumbarlo. La historia, con su ironía, podría escribir un nuevo capítulo para la biblia de la geopolítica: "El que se mete con Venezuela, se seca".

Cosas veredes, Sancho.

Fuente: omarhdez78.blogspot.com



No hay comentarios: