DESAPARECIDO POLÍTICO DE LA IV REPÚBLICA

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domingo, 25 de febrero de 2024

Serie "Cuentos de mi pueblo": "Caigo... o no caigo"

 #INSURGENCIADELSIGLOXXI

Otra forma de opinar e informar. @omarhdez78 / @omarhdez521

Serie de "Cuentos de mi pueblo"

"Caigo... o no caigo"
 
En la Ceiba Murmurante se escuchaba ese susurro de Terror Nocturno
 
En Aragua de Barcelona, estado Anzoátegui, donde la brisa susurra entre las ramas de las ceibas centenarias, se escondía un misterio que erizó la piel de los lugareños durante generaciones. La leyenda del "Caigo... o no caigo" acechaba en la oscuridad, envolviendo a la Ceiba en un aura de terror y fascinación.
 
En la década de 1960, cuando la noche caía sobre la población, un escalofrío recorría la espina dorsal de aquellos que se aventuraban por la solitaria carretera en su paso hacia la Baquera. Un susurro fantasmal, nacido de las sombras de la ceiba, helaba la sangre: "Caigo... o no caigo".
 
El terror se apoderaba de los caminantes, paralizándolos en la penumbra. Algunos, presa del pánico, se lanzaban a la carrera, tropezando con la arena que abundaba en el camino. Otros, con el corazón palpitando a ritmo frenético, se aferraban a la alambrada de la cerca que bordeaba la quebrada del Parramón, cercana a la carretera, implorando por un resquicio de luz.
 
Las historias del "Caigo... o no caigo" se multiplicaron como enredaderas trepadoras. Algunos aseguraban haber visto una sombra espectral deslizarse entre las ramas de la ceiba. Otros juraban haber escuchado el crujir de huesos y el lamento de una víctima. La leyenda se convirtió en un conjuro que ataba a la población al miedo.
 
Las noches se poblaron de valientes improvisados, aquellos que desafiaban la oscuridad en grupos, armados con el valor que solo da la compañía. La risa nerviosa y las botellas de ron servían como escudos contra el terror.
 
Un 24 de diciembre, un hombre conocido por su bravura y su manejo del machete, decidió desafiar al "Caigo o no caigo". Embriagado por la fiesta decembrina, se enfrentó a la voz fantasmal con insultos y amenazas. La ceiba respondió con un macabro juego de azar, lanzando uno a uno los miembros de un cuerpo invisible.
 
Al despuntar el alba, el hombre, empapado en sudor y con el rostro pálido como la luna, descubrió la verdad: el "Caigo... o no caigo" no era un monstruo del más allá, sino un familiar bromista que disfrutaba jugando con el miedo de los incautos. 
 
Las ocurrencias de personajes de nuestro pueblo, se van convirtiendo en leyendas, cuentos de camino, como acostumbramos decir, y en fin obliga a los que vivieron esa época utilizar el imaginario colectivo y plasmar en su prosa los acontecimientos como propios:
 
Las historias del pueblo, leyendas se vuelven,
cuentos de camino que el tiempo esculpe.
Los que vivieron, con tinta de memoria,
plasman en prosa su viva leyenda.
 
La leyenda del "Caigo o no caigo" se transformó con el tiempo, mutando en diferentes versiones, cada una con su propio toque de misterio y terror. 
 
Sin embargo, la esencia del relato permanece viva en la memoria de los coterráneos, un eco fantasmal que aún resuena en las noches de Aragua de Barcelona, en las tertulias que persiguen helar la sangre de los más valientes, recordándonos el poder de la imaginación, la fuerza del miedo y el alcance de la narrativa urbana.
 
Cosas veredes Sancho.
 
Autor: MSc. Omar José Hernández Borges.
omarhdez78
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viernes, 23 de febrero de 2024

"Leyenda de la LLorona" en mi ciudad natal, Aragua de Barcelona, la "Atenas de Oriente"

 #insurgenciadelsigloxxi

 

Otra forma de opinar e informar. @omarhdez78 / @omarhdez521 


 Serie "Cuentos de Mi Pueblo"


"Una narrativa urbana sustentada en la "Leyenda de la Llorona" en mi ciudad natal, Aragua de Barcelona, la “Atenas de Oriente”, la cual le sucedió a un parroquiano y se las relato a continuación: 

 

Las personas que han visitado la ciudad de Aragua de Barcelona pueden recordar que en la parte sur de la Plaza Bolívar está la calle Bolívar y hacia el extremo oeste, es decir hacia el final de esa calle está ubicado en línea recta el cementerio del pueblo, el cual se observa desde la misma plaza.

 

En ese contexto, para las décadas del 60´ y el 70´, los parroquianos se instalaban en la Plaza Bolívar a contar sus peripecias o historias cotidianas y los más avezados destapaban sus botellas de cervezas (encaletadas porque estaba prohibido tomar licor en la plaza), sus botellas de ron o de vino, dependiendo de las personas que se encontraran en ese momento. 

 

En ese intercambio de anécdotas, para meterle miedo a las personas que tenían que retirarse a sus hogares por las solitarias calles del pueblo a altas horas de la noche, las personas de mayor edad empezaban a contar chistes, y de vez en cuando los cuentos de camino, como generalmente los llamamos, entre ellos la "Leyenda de la Llorona" y eso les crispaba los pelos a quienes escuchaban esas historietas de terror. 

 

Los que contaban que habían visto a la Llorona decían que era una mujer muy hermosa, con un pelo que le daba por la cintura, unos ojos negros y grandes muy bonitos, un cuerpo esbelto de guitarra que levantaba la mirada de cualquiera que la avistara.

 

Esa hermosa dama de color de piel más hacia el color blanco que a moreno, era una preciosa mujer que hacia suspirar a cualquier hombre que la mirara, ella tenía la costumbre de pasar por frente de la plaza después de las doce campanada de la media noche, venía de la zona en donde está la casa parroquial e iba rumbo al cementerio. 

 

Los muchachos que escuchábamos esas historietas para retirarnos a la casa teníamos que esperar que otros se dispusieran a irse para salir en grupo, sí teníamos la suerte de que alguno de ellos residiera en las cercanías de nuestras viviendas estábamos prestos a irnos cuando la mayoría lo decidiera, si no teníamos que buscar la manera de retirarnos temprano para no sufrir el miedo que daban los cuentos siniestros que relataban nuestros paisanos más viejos. 

 

El caso es que uno de esos fabulistas se quedó solo tomándose su botellita de licor y sonaron las 12 campanadas, el hombre que estaba sentado frente al Club Unión, que está ubicado al otro extremo de la calle, en dirección que da al frente de la Estatua del Libertador, observa que por la Esquina en donde está la heladería de los hermanos Regio se observa la figura de la despampanante mujer, una especie parecida a la "Tongo Lele” una bailarina puertorriqueña de altos quilates de ese momento.

 

El caballero libador, continua tomándose sus tragos y cuando la dama pasa en frente del banco de la plaza en donde está sentado comienza a "piropearla" o enamorarla con palabras muy galantes, ya cuando la joven mujer se desplazaba en la cercanía de la librería "La Casa Azul", la mujer gira el cuerpo y le hace una seña con la mano de "vente" (cualquier parecido con la vida real es una simple coincidencia) entonces el paisano recoge su botella de ron y un morral que cargaba y se dispone a cumplir su papel de “Juan Tenorio”. 

 

Cuando el personaje de este cuento llega a “La Casa Azul” la mujer ya se ha desplazado hacia la siguiente cuadra, siendo esa la distancia que siempre mantuvo, desde la Esquina posterior de “La Casa Azul” hasta la esquina de la familia Graffe muy apreciada por nosotros. 

 

Al llegar el borracho a esa cuadra la mujer iba por el cruce de la calle Bolívar con la calle Amparan y se volteaba y le hacia la misma seña.  Luego la mujer avanza a la esquina de los “Mamones” ya el amigo beodo iba por el cruce de la calle Bolívar con la calle Amparan, así que la señora de negro al pasar por la primera esquina del estadium “Francisco Carvajal” el enamorado empedernido estaba llegando a la esquina de los “Mamones” allí la mujer daba vuelta y le hacia la misma seña de mano: vente. 

 

Al fin que la mujer llegó a la puerta del Cementerio Municipal, que parecía estaba abierta en ese momento, el hombre esperanzado en recibir los favores de la muy agraciada fémina estaba llegando a la primera esquina del citado estadium y siempre observaba que lo convidaba con la mano para que lo siguiera. 

 

Una vez que la mujer llega al centro del pasillo central del cementerio el hombre apresurado estaba llegando a la puerta del cementerio, es tanta la emoción que ágilmente se le acercó a la mujer que lo aparto hacia una tumba en la que empezó a desnudarse, y "en la oscuridad todos los gatos son pardos", el hombre también se desnudaba con frenesí, hasta que puso atención en el cuerpo de la mujer que se convertía, en la medida que se iba quitando la ropa, en un esqueleto que emitía gritos, llantos y las tres palabras de "vente mi amor", de tal manera que nuestro galán de esta historia no aguantó la impresión y cae desmayado, luego que vuelve en sí empieza a gritar. 

 

Es costumbre que los borrachitos del barrio se aposentan en los bares o ventas de licores cercanas a las cuadras aledañas al cementerio. éstos escucharon los gritos y se acercaron hacia donde estaba el hombre todo aturdido y sentado en el suelo, más que frustrado por el fracaso de su añorado momento de romance estaba muy nervioso, hablando sin cordura e imposibilitado para caminar. 

 

Los amigos que lo conocieron se le acercaron y le preguntaron que había pasado, y notaron que estaba muy alterado con gran fiebre, las personas conocedores del sitio porque algunos trabajaban en ese cementerio fueron y mojaron unos pañuelos en la pila de agua del Campo Santo, mientras lo movilizaban a la Capilla de la entrada del cementerio y procedieron a empaparlo de agua con los pañuelos, recogieron el litro de ron que todavía tenía una pequeña porción del “brebaje de Baco” y le dieron un palo fuerte (es decir un trago largo de ron) para que pudiera volver en sí del susto y les refiriera lo que le pasó en su pequeña aventura amorosa inconclusa. 

 

Moraleja: Todos los jóvenes que escuchamos esa leyenda en la Plaza Bolívar de Aragua de Barcelona, comenzamos a recogernos temprano hacia nuestras residencias para evitar vivir ese mal momento. 

 

Cuento, cierta o no la narrativa urbana sostiene que fueron más de una las personas que resultaron encantados por la despampanante beldad de las noches aragüense, que transitaba por la calle bolívar rumbo al cementerio en donde se convertía en un esqueleto, que gritaba, lloraba y hablaba su expresión favorita: "Vente mi amor" y luego se transformaba en un ente espectral que producía un terror espantoso que casi mataba a las victimas de un infarto. 

 

Cosas veredes Sancho.

 

MSc. Omar José Hernández Borges

omarhdez78@gmail.com / omarhdez78@yahoo.com

omarhdz78.blogspot.com

Telf. 0412-5449064

 

 


 

Cuentos de mi pueblo: "El Muerto Jugador"

 #insurgenciadelsigloxxi

Otra forma de opinar e informar. @omarhdez78 / @omarhdez621

Serie "Cuentos de mi pueblo"

Cuentos de mi pueblo; "El Muerto Jugador"
 
Aquí uno de ellos, que ocurría en mi barrio en el cruce de la Calle Juncal con la Calle Ricaurte. Como a dos cuadras de la Ceiba, vía el Parramón (denominado el sitio por el Padre Ramón un cura de nuestro pueblo que criaba ovejas) o a la Baquera (por el apellido de los dueños de unos terrenos en esa zona). En dicha Ceiba salía un espanto al que muchos le tenían miedo, era el famoso "Caigo o no caigo".
 
El cuento, lleno de la realidad que conocieron, escucharon y vieron vecinos del sector, entre ellos quien relata éste. Lo relataré en otra oportunidad, pero vayamos al cuento que nos ocupa, el del "Muerto Jugador".

"El Muerto Jugador"
 
En Tiempos de estudios de Bachillerato tenía como costumbre ubicarme con una silla en el poste de mayor alumbrado, yo escogía el de la esquina más cercana a mi vivienda, la casa # 22 de la Calle Ricaurte, en esa esquina estaba la Bodega de mi tío José Rafael Hernández. Y allí me colocaba entre las 9:30 pm hasta 11:30 pm.
 
En frente de la Bodega de mi tío estaba el negocio de la Sra. Inés Tovar (+qepd), allí ella junto con su esposo el Sr. Marco Aponte (Jefe del Comando Policial, jubilado, +qepd) tenían una venta de licores y en la parte posterior de su comercio tenían un espacio techado para jugar dominó y además una cancha de Bolas Criollas.
 
En las noches cuando decidía estudiar en el sitio referido, yo escuchaba entre las 11:00 pm a 11:30 pm, hora en que me retiraba a dormir, que alguien jugaba dominó y luego cesaba el movimiento del mezclaje de las piedras, así como el movimiento típico del golpe cuando se "tranca la jugada" o "se mata un doble" de las piedras más grandes en puntajes. 
 
Seguidamente se escuchaba a alguien jugando Bolas Criollas, y el sonido característico del llamado "boche clavado". Eso ocurría generalmente, de acuerdo a las investigaciones posteriores, que un ente desconocido jugaba entre las horas cercanas a las 12:00 de la noche como hasta las 2:00 pm.
 
Cierto día estoy estudiando en la esquina y se me acerca manejando su bicicleta el gran amigo y familiar Robinsón Salazar (+qepd)), hijo de Abilio Salazar (+qepd), y le pregunto que hacía por ahí como a las 11:00 pm, él me dice: 
- Vengo del Hospital Rafael Rangel de llevarle una encomienda a mi tía Mercedita Salazar quien esta de guardia esta noche en el hospital.
 
En ese momento se me ocurrió que Robinsón permaneciera más tiempo conmigo, hablando de la familia y otras ocurrencias.
 
Cuando sonó el reloj del pueblo, repicando las 12 campanadas, le digo: 
 
- NO estás escuchando? Y él me responde: 
 
- qué cosa? 
 
-Bueno, a los enviciados jugando dominó.
 
Precisamente en ese momento se mezclaban las piedras con fuerte sonido. Aproveché para contarle que allí jugaban dominó y bolas criollas todas las noches pero no se veía a nadie jugando en el patio, el cual se podía observar desde donde estábamos, porque la cerca de ese patio era de tela metálica y estaba separada por un sanjón de una antigua quebrada (hoy día esa cerca es de pared de bloque y el sanjón es una bonita plaza). 
 
Pero la cosa mala fue que cuando Robinsón escuchó el "boche clavado"; y como él había permanecido semi montado en la bicicleta con el pie izquierdo en el suelo y el otro pie en el pedal derecho, salió como alma que lleva el diablo, a una gran velocidad, tanto así que cuando giré la cabeza para ver por donde iba, ya llegaba a la próxima cuadra de la familia Gamboa, bajando hacia Caigüita, peló el pedal y se fue arrastrando por esa bajada, se levantó y se montó la bicicleta en el hombro y siguió corriendo para irse a su casa. 
 
Era tanto la prisa que las dos cuadras las corrió a alta velocidad, primero en la bicicleta y luego a pie como expresé anteriormente.
 
Al otro día, cuando yo iba para el Liceo le pregunté a su mamá si estaba Robinsón y él salió con un brazo aporreado y laceraciones leves. 
 
Me dijo: 
 
- Esos no son juegos. 
 
Le respondí: 
 
- Que culpa tengo yo que allí salga un muerto jugador. 
 
Otro sí.
 
Me llamaba la atención que muchas personas conocían de ese "muerto jugador" y cierta noche hablando con la Sra. María Socorro (+qepd), esposa de mi tío Miguel "Cacharuco" Rodríguez, ella me contó que si lo había visto, porque se levantaba a las 4:00 am para hacer las arepas y en la neblina de la mañana lograba ver para el patio colindante al de su casa, las separaba la quebrada del sanjón y la tela metálica del negocio de Inés Tovar, María Socorro manifestó que veía a una figura alta, vestida de blanco, jugar en el patio de Bolas, que se lo había dicho a sus hijos, que conocían esa situación.
 
Pero no contento fui más allá, a conversar con quienes son dueños de esa casa. Como yo seguía con mi rutina de sentarme en la esquina y escuchando lo que referí anteriormente, veía que el Sr. Marcos Aponte se sentaba por la parte de su casa que da a la calle Ricaurte, el no era muy conversador con adolescentes, pero como el conocía a mi familia me saludo con cierta condescendencia. 
 
Le pregunté: 
 
- Sr. Marcos, dicen que en el patio de su negocio y que sale un "muerto jugador"?
 
Él me respondió: 
 
- En verdad que yo no lo he visto, pero si lo he sentido. Por eso es que me ves sentado algunas noches aquí, y en la madrugada también salgo a tomar aire.
 
-¿Cómo es eso? Le pregunté.
 
Entonces me refiere: 
 
- Algunas noches cuando estoy durmiendo, en la hamaca o el chinchorro por el calor que hace adentro, escucho que las cuerdas de la hamaca suenan como las de un arpa. Y eso no es nada, a veces el muy condenado me coloca cerca de los oídos el cantar de un gallo: "Kikiriki", y allí es cuando salgo para la calle. Algo me debe él o quiere darme una botija. Pero lo que allí se han encontrado son algunos sables, mauseres oxidados y algunas monedas.
 
Cuentos de caminos hay muchos, esta fue una realidad que conocíamos y la vivimos los vecinos del Sector intermedio entre Caigüita y el Arroyo.
 
Cosas veredes Sancho.
 
MSc. Omar José Hernández Borges
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domingo, 4 de febrero de 2024

La Furia Bolivariana: Un canto a la unidad y al amor por Venezuela

 La Furia Bolivariana: Un canto a la unidad y al amor por Venezuela

EnOmarhdez78  el corazón de América Latina, donde la historia se teje con hilos de sangre y sueños, late una fuerza inquebrantable: la Furia Bolivariana. Un ímpetu nacido en la gesta independentista de 1821, que hoy renace en el pueblo venezolano, encendiendo las praderas de la tierra americana con el fuego del socialismo del siglo XXI.

Un legado que une a los pueblos:

El espíritu del Padre Eterno Libertador, Simón Bolívar, cabalga de nuevo por las llanuras y montañas, impregnando con su ideario a las naciones hermanas. Su pensamiento, cual antorcha encendida, ilumina el camino hacia la verdadera libertad, la independencia y la soberanía.

Un líder que enarbola la bandera:

Hugo Chávez Frías, hijo de la Patria Grande, encarnó el espíritu bolivariano en este nuevo siglo. Su voz resonó con la fuerza de un huracán, despertando la conciencia del pueblo y guiándolo hacia la construcción de una sociedad más justa y equitativa.

Un pueblo que se alza en unidad:

Hoy, en este 4 de febrero, Venezuela no está sola. La Furia Bolivariana se manifiesta en cada rincón del país, uniendo a hombres y mujeres en un solo clamor: ¡Patria, socialismo o muerte! Desde los cuatro puntos cardinales, la marea humana converge en Caracas, la ciudad capital, para brindar su apoyo incondicional al líder que enarbola la bandera de la Revolución Bolivariana.

Un mensaje de esperanza y resistencia:

A pesar de las vicisitudes y las dificultades impuestas por el imperio norteamericano y sus aliados, el pueblo venezolano no se doblega. La Furia Bolivariana se alza con gallardía, desafiando las sanciones y la arremetida contra la soberanía nacional.

Un llamado a la acción:

Es hora de retomar las ideas del Comandante Chávez: profundizar la Revolución, distribuir la riqueza de forma justa, proteger a los más vulnerables y combatir con firmeza las fuerzas contrarrevolucionarias que pretenden socavar el proceso bolivariano.

Un canto a la venezolanidad:

En este día histórico, celebramos la venezolanidad con fervor y pasión. Somos un pueblo de guerreros y libertadores, forjado en la lucha y la resistencia. La Furia Bolivariana es la expresión viva de nuestro amor por la Patria, un sentimiento que nos impulsa a seguir adelante, construyendo un futuro mejor para las generaciones venideras.

Retomando las grandes concentraciones en la Capital de la eterna primavera

Hacía falta que el pueblo le demostrará a los apátridas que aún cuando hay descontento porque una de las reivindicaciones que Chávez hizo valer como un compromiso de la Revolución Bolivariana, el salario justo y progresivo que ha sido atacado por las acciones de guerra de EE.UU y sus aliados que podemos ver en Tv, en Redes Sociales, pidiendo sanciones, invasiones e intervenciones para perjudicar a nuestro país en su conjunto, el pueblo sale a defender su legado y los logros compartidos; y además que quiere paz, progreso y defender sus conquistas sociales.

Por último, "un mensaje a García"...

Tu oligarquía, burguesía apátrida, entiende de una vez por todas que la derrota que te dio Chávez te la seguirá dando éste pueblo, porque sabe que la solución a sus problemas se la da  la Unión Cívico Militar, signo de independencia, libertad y soberanía como nunca antes ocurrió, en un gobierno que es verdaderamente del pueblo...

Al mundo le decimos no se dejen engañar, vean con sus propios ojos como la Revolución Bolivariana se mantiene unida para defendernos del imperialismo y está gran concentración del 4 de febrero de 2024 lo ratifica.

Los fariseos seguirán andando solos tratando de confundir y engañando en su buena fe a personas, que defienden sus creencias de oposición al gobierno del Camarada Nicolás Maduro Moros, pero no tienen la razón y por eso será eterno el fracaso de los apátridas.

Por eso le decimos a los gringos y sus aliados pitiyanquis: ¡NO TE VISTAS QUE NO VAS!

¡Que viva la Revolución Bolivariana!

¡Chávez vive, la lucha sigue!

¡Venezuela libre, soberana y socialista!

¡La Furia Bolivariana nunca se apagará!

¡Unidos en la victoria!

¡Patria o muerte! ¡Venceremos!

Cosas veredes Sancho.


MSc. Omar José Hernández Borges

#insurgenciadelsigloxxi 

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