DESAPARECIDO POLÍTICO DE LA IV REPÚBLICA

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viernes, 26 de diciembre de 2025

Carlos, El Mal Llamado Chacal: Hijo de la Historia, Emulo de los Lib

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¡Sin memoria no hay Victoria!


Carlos, El Mal Llamado Chacal: Hijo de la Historia, Emulo de los Libertadores y Trinchera del Siglo XXI

Por: Omar José Hernández Borges *

I. De Michelena al Mundo: La Forja de un Destino Revolucionario

No nació en un cuartel, sino en el seno de una familia burguesa de Michelena, Táchira, un 12 de octubre de 1949. Pero Carlos Ilich Ramírez Sánchez fue forjado con el mismo hierro moral con el que se templaron los Libertadores. Su padre, José Altagracia Ramírez Navas, abogado y marxista ferviente, no les dio a sus tres hijos nombres cualquiera: Carlos, Ilich y Vladimir. Eran un programa político, un juramento familiar a la revolución mundial. 

Así como Bolívar tuvo a Rodríguez, él tuvo el legado leninista inculcado en la mesa del hogar. Joven brillante, transitó las aulas de la Universidad Central de Venezuela y la Católica Andrés Bello, pero su espíritu ya escuchaba otro llamado, más estridente y urgente que el de los textos académicos. En 1970, con 21 años, cruzó el mar hacia La Habana, respondiendo no a un capricho aventurero, sino a la convocatoria histórica del internacionalismo. 

En el Campamento Patrice Lumumba, su agilidad y extrema destreza le valieron el apodo de “El Chacal” entre sus instructores cubanos. Un apodo de combate que la maquinaria propagandística del imperio secuestraría, lavaría de su contexto guerrillero y convertiría en un monstruo mediático, tal como intentaron (y a medias lograron) con Ernesto “Che” Guevara, al que tildaron de “asesino frío” para ocultar al médico, al poeta, al revolucionario integral.

II. El Teatro de las Sombras: Operaciones, Amor y la Lógica de la Guerra Fría

Su actuación en el mundo no puede leerse con la moral de un manual de buenas costumbres, sino con el mapa geopolítico de la Guerra Fría y la lucha por la descolonización. Carlos no era un actor solitario; era un soldado en un ejército sin fronteras: la red de apoyo a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Sus operaciones, meticulosas y audaces, eran actos de guerra dentro de una guerra más amplia. Hoy mas que nunca tiene sentido su lucha cuando observamos a un mundo cruzado de brazos, ante el mayor genocidio de los últimos tiempos, al ser sometido el pueblo palestino a una completa extinción humana, de niños, mujeres y ancianos, por parte del gobierno sionista de Israel y sus aliados promotores de un nuevo Holocausto. Así actúan los imperios en decadencia.

III. El Teatro de Guerra Global: Un Venezolano en la Lucha por Palestina

Su campo de batalla no fue la Sabana de Carabobo, pero su estrategia tuvo la audacia de Boyacá. Carlos no fue un mercenario. Fue un soldado político voluntario integrado al ejército sin fronteras de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), la causa descolonizadora más emblemática y sacrificada del siglo XX. Sus operaciones eran actos de guerra diseñados para resonar en el tablero geopolítico mundial.

1. El Asalto a la OPEP (Viena, 1975): El manifiesto armado. Esta no fue una acción delictiva. Fue una ocupación político-militar de altísima precisión y significado. Tomar la sede del cartel petrolero mundial era tomar por el cuello la herramienta de dominación neocolonial. Ante los ministros de los países productores, Carlos leyó un discurso que era un alegato antiimperialista, denunciando la traición de las monarquías petroleras al pueblo árabe. Fue un acto de propaganda armada que paralizó al mundo y financió, con el rescate negociado, la lucha palestina. Aquí nace, para los oprimidos, la leyenda del “Robin Hood venezolano” con sus operaciones financieras para los pueblos pobres del mundo, el que expropiaba a los magnates para financiar la revolución.

2. La Campaña en París: La respuesta en el corazón del león. Entre 1974 y 1975, su célula ejecutó una serie de ataques contra intereses israelíes y blancos simbólicos del capital en París. Cada explosión era una respuesta al Mossad, a los asesinatos de líderes palestinos en Europa. Era la guerra secreta, sucia, donde la retaguardia del enemigo se volvía frente de batalla. En este infierno, conoció y floreció un amor revolucionario con la militante alemana Magdalena Kopp, quie se convierte en su compañera, y más tarde, madre de su hija, mostrando que en el corazón del guerrillero más buscado latía la humanidad que sus enemigos negaban.

3. La Construcción del Monstruo: La campaña de desprestigio. La maquinaria de inteligencia occidental (CIA, MI6, Mossad, DST francesa) y sus medios de comunicación corporativos orquestaron una campaña para despojarlo de toda causa política. Lo pintaron como un asesino a sueldo. Crearon la caricatura del “Terrorista Internacional” para vaciar de sentido su lucha y justificar su cacería global, el mismo guion aplicado contra Yasser Arafat y que hoy ensayan contra líderes de la resistencia anticolonial en el mundo.

4. La Red y los Golpes Bajos: Su principal debilidad no fue operacional, sino humana. Confió en una red de contactos y camaradas que, bajo la presión inmensa de los servicios de inteligencia coordinados (CIA, DST francesa, Mossad, MI6), comenzó a resquebrajarse. Sus éxitos lo convirtieron en un símbolo demasiado incómodo. La campaña de desprestigio fue monumental: la prensa lo señaló como un hedonista, un “playboy del terror”, borrando por completo la coherencia de su pensamiento político. Se creó un asesino mediático, llevando su causa al cine para derrotarlo virtualmente, no diciendo la verdad, que una traición fue la causa de su arresto después de una operación, fue una cacería brutal para justificar la derrota de su lucha, tal como en parte lograron con Yasser Arafat, transformando al líder de una causa nacional en un paria terrorista.

IV. La Captura y el Encierro: La Traición como Arma del Imperio

Toda epopeya conoce la traición. La suya llegó el 14 de agosto de 1994. No fue en un tiroteo épico, sino en un hospital de Jartum, Sudán. Tras una operación por una lesión testicular, fue capturado por agentes del servicio policial, Dirección de la Vigilancia del Territorio (DST) francesa, con información crucial proporcionada por los servicios sudaneses. La narrativa oficial habla de una delación, un “pase de factura” dentro de los propios servicios árabes que lo protegían, presionados por Washington. Su extradición a Francia fue un operativo que violó la soberanía sudanesa, mostrando que para capturar a un hombre que desafió al sistema, el sistema mismo suspendió sus propias reglas.

Carlos, al estar vulnerable tras una cirugía en un testículo, procedieron a su extracción, fue un vulgar secuestro internacional. Su juicio en París (1997) fue una farsa legal, un vengativo “juicio ejemplarizante” donde se le condenó a cadena perpetua. Hoy, 26 de diciembre de 2025, Carlos Ilich Ramírez Sánchez tiene 76 años y 75 días, y ha cumplido más de 28 años tras las rejas, enfermo, tras múltiples infartos, pero indomable. Su celda es la prueba viviente de que el imperio no perdona a quienes lo desafían con éxito. Su defensa ya no es solo legal; es una causa humanitaria y política sostenida por juristas, activistas de derechos humanos y la solidaridad internacionalista.

En su oportunidad Hugo Chávez solicitó su extradición como un gesto humanitario, pero el mundo entiende lo que significaba que Chávez logrará tal propósito, el imperialismo no tolerará un beneficio humanitario para Carlos Ilich Ramírez Sánchez, como sí tolera la liberación de sus terroristas y narcotraficante, así como le quitó el precio a la cabeza del actual presidente de Siria y liberó a Orlando Hernández, expresidente de Honduras, capturado por narcotraficante y con 45 año de condena por dicho delito. Esos son los delincuentes del imperio, que tienen inmunidad cuando el sistema capitalista así lo necesita, con una falsa ejemplarización cuando le conviene, en un mundo al revés como decía Eduardo Galeano.

V. El Legado Eterno: De la Leyenda a la Semilla de la Resistencia

¿Quién es, entonces, Carlos, el mal llamado Chacal? Es el hijo pródigo de la gesta bolivariana que llevó la lucha al mundo. Es el venezolano que, como el Che, creyó que el deber de un revolucionario era hacer la revolución donde la historia la demandara. Fue un estratega audaz, un intelectual en armas cuya debilidad fue confiar en la lealtad en un juego manchado por la traición. Su vida es un espejo donde Venezuela se ve a sí misma: un pueblo con el coraje para cambiar el curso de la historia, pero acechado por la sombra larga del imperio y la vendepatria.

Hoy, su espíritu no está encarcelado. Respira en la resistencia del pueblo venezolano. Cuando el Mar Caribe se oscurece con la sombra de la flota de guerra más colosal jamás vista, cuando ponen precio a la cabeza de un presidente legítimo, Nicolás Maduro, como antes lo pusieron sobre Bolívar y sobre el propio Carlos, se escribe un nuevo capítulo de la misma batalla. Es el mismo enemigo, con nuevas máscaras, viniendo por el petróleo, el oro, el agua y otros recursos abundantes de la Patria. Y es el mismo pueblo, con la sangre de los Libertadores y la memoria de sus héroes (desde el Che hasta El Chacal), el que se pone de pie y jura defender esta tierra “hasta con las uñas”, como pidió Chávez.

Carlos no es una leyenda del pasado. Es un antecedente vivo. Su fusil está silenciado, pero su ejemplo es un clarín que resuena en cada comunero, cada miliciano, cada joven que en los polígonos de tiro de la Patria aprende que la defensa de la soberanía no se delega, se ejerce. Su vida, épica y trágica, es un recordatorio: en la lucha entre el coloso imperial y la dignidad de un pueblo, los héroes a menudo son difamados, encarcelados o asesinados. Pero la semilla que siembran, nunca muere.

Cosas veredes, Sancho… y lo que estamos viendo es a un pueblo entero, heredero de esa estirpe de titanes, que no se doblega.

*MSc.

omarhdez78.blogspot.com

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