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Otra forma de informar y opinar. @omahdez78 / @omarhdez52-1 / omarhdez78 / omarhdez356628¡Sin memoria no hay Victoria!
La Semilla Negra: Una Revisión Crítica del Imaginario Petrolero en Venezuela
Por: Omar José Hernández Borges *
La infancia de muchos venezolanos estuvo marcada por el colorido paisaje de las vallas publicitarias de TEXACO, SHELL y MOBIL. Estos monolitos del neocolonialismo no anunciaban un producto, sino una promesa de modernidad y una reordenación total de la sociedad. Este ensayo sostiene que el descubrimiento y la explotación masiva del petróleo a inicios del siglo XX (desde los primeros pozos de "La Petrolia" en el Táchira a fines del siglo XIX y el inicio de las actividades de la New York & Bermúdez Company, que proveía asfalto para las calles de Nueva York) no solo transformó la economía venezolana, sino que implantó un imaginario colectivo alienante. Este proceso transfiguró los valores nacionales, fracturó la estructura social en castas económicas y sepultó el sueño bolivariano de una América unida y soberana, un legado que, pese a los cambios políticos, sigue pesando sobre la conciencia nacional como una losa.
Del Orinoco al Hudson: La Forja de una Identidad Prestada
La súbita riqueza petrolera operó como un agente de transculturización masiva.La Venezuela rural y sus tradiciones fueron rápidamente desplazadas en el imaginario colectivo por un estilo de vida urbano y consumista, modelado a imagen del "sueño americano". Como explica Fernando Coronil en su análisis El Estado mágico, el petróleo convirtió al Estado venezolano en una entidad aparentemente providencial, capaz de generar riqueza de la nada y distribuirla de manera espectacular, pero siempre dependiente de los vaivenes del mercado internacional y las corporaciones extranjeras. Esta nueva realidad económica reorientó la mirada de la antigua oligarquía. Ya no se volvió la vista hacia España o Europa como referentes culturales; el nuevo centro gravitacional era el "naciente imperio" del Norte. Esta reorientación no fue solo comercial, sino ideológica, e implicó una traición silenciosa al proyecto continental de Simón Bolívar, quien soñaba con una América "fortalecida" que tratara "con el mundo de iguales", no subordinada.
La infancia y juventud de generaciones enteras fueron así mediatizadas. Héroes de carne y hueso de la independencia fueron sustituidos en el afecto popular por íconos de la cultura de masas estadounidense, como Superman, símbolos de un poder invencible y ajeno. Esta invasión cultural fue el brazo blando de la Doctrina Monroe, que reducía a las naciones latinoamericanas a ser el "patio trasero" de los Estados Unidos, un principio que Washington ha aplicado con persistencia, como se vio recientemente cuando condenó las acciones venezolanas en la reclamación de la Guayana Esequiba, alineándose con Guyana en la disputa territorial.
La Pirámide de Oro Negro: La Alienación de la Fuerza de Trabajo
El petróleo no solo importó una cultura; también estructuró una sociedad profundamente dividida. Se creó una pirámide social rígida donde el estrato superior lo ocupaban los hijos de la oligarquía, transformados en una burguesía nacional asociada al capital foráneo. Justo debajo, una clase media administrativa y profesional (banqueros, gerentes, técnicos petroleros) servía de bisagra. En la base, el grueso de los trabajadores petroleros y de servicios, mejor pagados que el campesinado abandonado, pero igualmente alienados. A cada nivel se le asignó un salario y, más importante, una aspiración. A la clase media y obrera se le sembró en la psiquis la ilusión del estilo de vida americano (un cuento del que se era espectador, nunca protagonista), mientras su rol real era sostener el sistema como "ejército obrero" del capitalismo rentístico. Como documenta Alejandro Velasco en Barrio Rising, esta estructura generó con los años un concepto de democracia entre las clases populares que combinaba la participación institucional con la protesta callejera, fruto de décadas de promesas incumplidas y exclusión dentro del propio sistema democrático.
Los Barros del Pasado: La Oligarquía, el Puntofijismo y la Desmemoria
De aquel pasado neocolonial surgen"estos barros" que hoy manchan el Mar Caribe: nuevos filibusteros que, ante el agotamiento de sus propios recursos, codician los de la Patria. Lo más trágico es que en la tierra de Bolívar persisten individuos cuya conciencia ha sido tan trabajada que defienden inconscientemente a los herederos de esa vieja oligarquía. Creen en el cuento de Superman y en la riqueza fácil, y ante el choque con la realidad, proyectan su frustración defendiendo a un amo que les promete reeditar un pasado idealizado.
Ese pasado es, precisamente, el del Pacto de Puntofijo (1958), que muchos añoran como una "salvación de la patria" sin entender su esencia. Este acuerdo, firmado tras la caída de Marcos Pérez Jiménez por los partidos Acción Democrática, COPEI y URD, consolidó un sistema bipartidista que, durante 40 años, administró la renta petrolera con un modelo excluyente. Aunque el pacto formal duró pocos años, su espíritu —una democracia pactada entre élites— perduró, generando una creciente desconexión entre la clase política y el pueblo, corrupción y finalmente el desprestigio de los partidos tradicionales. Como sentencia el escritor Arturo Uslar Pietri, una de las voces y memoria más lúcidas del siglo XX venezolano, la dependencia del petróleo creó una "riqueza de quimeras" que impidió el desarrollo de una verdadera nación productiva. Aquellos que hoy prometen un gobierno de "libertarios" no ofrecen nada nuevo: es la misma vieja oligarquía que, al pasar los siglos, cambia de representantes sin abandonar su esencia servil a los imperios de turno.
La Conciencia y el Territorio: De la Guayana Esequiba al Futuro
La historia es testigo y juez. Quien revise el pasado encontrará, tanto ayer como hoy, figuras dispuestas a claudicar ante intereses foráneos. El caso más emblemático es el de la Guayana Esequiba, un territorio de casi 160,000 km² en disputa con Guyana. Este no es un conflicto menor: es la prueba de fuego del patriotismo. Históricamente, ha habido sectores de la oligarquía y la política tradicional tentados a negociar o ceder este territorio a cambio de reconocimiento internacional o beneficios económicos. Hoy, esa misma actitud genuflexa se observa en quienes, buscando recuperar el poder político, alinean su discurso y sus acciones con los dictados de Washington, incluso en detrimento de la reclamación territorial. Defender la integridad de la Patria no es un tema de un gobierno u otro; es un mandato histórico que viene desde los días de la Capitanía General de Venezuela y que fue consagrado por los libertadores.
La verdadera salvación de Venezuela, por tanto, no está en reeditar el Puntofijismo ni en entregarse a nuevos amos. Está, como soñó Bolívar y escribió Rómulo Gallegos (el gran novelista y presidente) en su lucha épica entre la civilización y la barbarie, en superar la barbarie de la renta fácil y la dependencia mental. Está en construir una civilización propia, basada en una conciencia crítica que desmonte los mitos del pasado, reconozca la diversidad de su pueblo y defienda con soberanía y dignidad, ante cualquier potencia, el derecho a labrar su propio destino. Solo cuando el venezolano deje de creer en superhombres extranjeros y confíe en el poder colectivo de su pueblo, la semilla negra dejará de ser una maldición y podrá, quizás, convertirse en cimiento de una verdadera y perdurable independencia.
"La Piratería Moderna del Imperio en el Caribe"
Hoy, Estados Unidos, quitándose la máscara y ejerciendo un poder que recuerda al de los matones de barrio, está plantado en el Mar Caribe, habiendo asesinado a decenas de ciudadanos en operaciones militares. Como un vulgar ladrón, está robando el petróleo venezolano al asaltar y apoderarse de buques que transportan crudo, dentro de un bloqueo total que busca estrangular la economía de la patria de Bolívar .
Referencias
1. Coronil, F. (1997). The Magical State: Nature, Money, and Modernity in Venezuela. University of Chicago Press.
2. Gallegos, R. (1929). Doña Bárbara.
3. Pacto de Puntofijo. (2025, 13 diciembre). En Wikipedia, La enciclopedia libre. https://es.wikipedia.org/wiki/Pacto_de_Puntofijo.
4. Sachs,J. D., y Fares, S. (2025, 6 de noviembre). El petróleo de Venezuela y la política mafiosa de EEUU. Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE). https://estrategia.la/2025/11/06/el-petroleo-de-venezuela-y-la-politica-mafiosa-de-eeuu/
5. Uslar Pietri, A. (1990). La creación del Nuevo Mundo. Monte Ávila Editores.
6. Velasco, A. (2015). Barrio Rising: Urban Popular Politics and the Making of Modern Venezuela. University of California Press.
*MSc.
Cosas veredes Sancho.
omarhdez78.blogspot.com
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