DESAPARECIDO POLÍTICO DE LA IV REPÚBLICA

DESAPARECIDO POLÍTICO DE LA IV REPÚBLICA

jueves, 18 de febrero de 2021

ELEGÍA DEL DESAPARECIDO POLITICO POR EL “CLAN DE LA MUERTE” DEL SIFA: LUIS ALBERTO HERNÁNDEZ

 

ELEGÍA DEL DESAPARECIDO POLITICO POR EL “CLAN DE LA MUERTE” DEL SIFA: 
LUIS ALBERTO HERNÁNDEZ

Soy Luis Alberto Hernández. Presente. Aragüeño de pura cepa, de mi “Atenas de Oriente”, de la calle Juncal C/c Ricaurte, de Anzoátegui, de mi Aragua de Barcelona,
tan venezolano como todos ustedes.
De la Aragua que citó Alberto Ravell, en su casa de esta villa, el esposo de Beatriz,
La Aragua descrita en su “Mensaje a la Provincia”, publicada en el Semanario “Principios”, en la ciudad de Valera, un 19 de julio de 1952,
Y escrita en junio del `52 en Trinidad, a escasos cinco meses antes de nacer quien por mí escribe.
Ravell fue el hombre al que se le oyó lo de la “Aragua Linda”, la del “histórico Cotopriz”.
Ayer, hoy y siempre, fue, es y será un día muy doloroso para mi familia, y para mis dos amigos
Quienes me acompañaban aquella mañana del 26 de septiembre de 1969
y lo pudieron contar, todavía uno, Ángel el entrañable ya se fue.
Sentimos en carne propia lo que significaba enfrentar a un sistema dizque democrático, muy corrupto.
Tan execrable, mucho más que las dictaduras que sufrió el país, la historia lo demuestra.
Ángel Rafael Vivas Guayamo “El Negro Vivas” y Miguel Otilio Pinto, “El Negro Pinto”, posteriormente aparecieron muy torturados y fueron presos.
En el Teatro de Operaciones antiguerrilleras (TO4) en Cocollar, de Sucre fueron recluidos,
y luego a la cárcel de “La Pica, en Monagas, fueron destinados.
Un mes después apresaron a mis camaradas Rogelito Hernández, Rafael Balladares y Diego Antonio Arreaza Lander, entre otros orientales, un 25 de octubre del `69,
a quienes también pasaron a Cocollar y recluyeron en la cárcel de “La Pica”.
La delación de donde nadie la espera, había sido comprada, “Pata é Loro” su pseudónimo.
Libre como el aire anda por las calles de este mundo.
Los presos saldrían en libertad, pero siempre perseguidos por la policía política.
No vivían con tranquilidad pensando que cualquier día les tocaría la misma suerte.
En lo que respecta a mí nadie sabe donde dejaron mi cuerpo, mis huesos andan por ahí…
No he podido manifestarme para que me encuentren, quizás por ser ateo,
y por ser un rebelde con causa es el pago de ese suplicio.
Lo que sé es que siempre ando con mi familia en el más allá; y en el recuerdo de los que aún viven.
Los amigos de infancia y de juventud, siempre me tienen presente, porque con ellos viví mis mejores días de camaradería política,
de luchas sociales, estudiantiles, de jugadores de beisbol y de serenateros.
Otros han partido y no nos hemos encontrado en ese nuevo paisaje a donde todos vamos.
Nací un 24 de diciembre de 1948, por lo que este año estaría cumpliendo como muchos de mis compatriotas 73 años.
Fui un estudiante normal, tan igual como todos mis compañeros de primaria, secundaria y universitaria, pero los lideraba a temprana edad,
solo que a mí, junto a otros, me correspondió ser uno de los tantos portavoces de las desventuras,
de las injusticias que se vivían en nuestra patria: Venezuela. Pareciera que poco importó la lucha del padre de la patria.
A temprana edad nos convirtieron en mártires de las causas justas.
El Mayo francés de 1968 fue el acicate para que muchos jóvenes venezolanos tomáramos conciencia de nuestro papel en el mundo.
Los que asumimos, por voluntad propia, por nuestras convicciones,
liderar a los trabajadores, los campesinos y los estudiantes.
Fuimos por mucho tiempo quienes solíamos defender el derecho al trabajo, a la tierra, al estudio, a la salud,
entre otros derechos vulnerados o conculcados por un sistema político oprobioso, el de una partidocracia adeca-copeyana apátrida. Era política de Estado la tortura y la muerte.
Nunca antes se había visto como a líderes de la talla de Fabricio Ojeda, Alberto Lovera y Jorge Rodríguez, los “suicidaban” de una manera atroz,
tan solo para nombrar a tres compatriotas, que fueron, secuestrados, torturados y luego vilmente asesinados,
¿Culpables? Los cuerpos represivos del estado, llámense DIGEPOL luego DISIP y posteriormente SEBIN,
o el SIFA ahora DIM, órganos policiales éstos, cuales tenían la orden expresa de acabar con la vida de aquellos que disintieran de un orden imperante muy denigrante,
que cercenaban derechos sociales y políticos de la mayoría del pueblo venezolano,
más de 15.000 muertos y desaparecidos son sus resultas.
Milité con mis compañeros de Aragua de Barcelona, en el Edo. Anzoátegui; y en la universidad en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR),
luego en el Partido Revolucionario de Integración Nacionalista (PRIN), en este último partido coincidí en la militancia con el Dr. José Vicente Rangel,
éste camarada diputado fue quien posteriormente el 28 de octubre de 1969, desde el ignominioso Congreso Nacional de la República, hoy extinto, hiciera conocer mi secuestro y desaparición forzada,
¿Culpables? el “Clan de la Muerte” del Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (SIFA) y el “Pacto de Punto Fijo”
y una Fiscalía General de la República, con un Expediente # 2.988, que no supo hacer valer, una institución vergonzosa que no hizo nada por estar genuflexa al poder.
Durante mi secuestro me torturaron, no muero por asma, sino por las palizas que me dieron al violentarse mi derecho a la vida.
Nunca me arrepentí de haber luchado por la justicia social para mi pueblo,
desde mis estudios de Bachillerato y luego de Sociología y Antropología en la Universidad Central de Venezuela (UCV),
entendí perfectamente que el camino de la REVOLUCIÓN era la única senda para darle al pueblo su poder,
y es la lucha permanente que “El Libertador” Simón Bolívar condujo para el bienestar de los venezolanos y latinoamericanos: Alcanzar “La mayor suma de felicidad posible”.
Luego de mi desaparición por el SIFA, allanaron y cerraron mi UCV,
que también costo lágrimas de familias de nuestro pueblo, porque al ser solidarios con mi persona,
muchos de los estudiantes de mi tiempo fueron presos, muertos, heridos y desaparecidos,
un caso similar fue el de Noel Rodríguez (29/06/1973), de quien encontraron sus huesos en el Cementerio General del Sur, casi olvidados,
todavía quedaba un testigo de su entierro camuflado,
era una tumba sin nombre, luego de varios años de ser buscado por sus familiares...
lo demás mis paisanos lo conocen. Zenaida, luchadora incansable por la aparición de su hijo, triunfó.
El 26/09/2021, se cumplirán 52 años de mi secuestro y desaparición forzada;
y siento como nunca que sigo entre ustedes, en sus pensamientos y en sus luchas, por una vida mejor para nuestro pueblo. …PROHIBIDO OLVIDAR…
Honor a los caídos de la revolución…
Luis Alberto Hernández…. Siempre Presente y Consecuente….

"Cosas veredes Sancho"

MSc. Omar José Hernández Borges
omarhdez78.blogspot.com


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