Por el engaño de los Escuálidos, enemigos de la Revolución Bolivariana,
muchos compatriotas venezolanos dejaron su patria.
Estimado
compatriota latinoamericano. La realidad es que los 3 millones
de viviendas están esparcidas por toda Venezuela, no en un solo sitio
como
muchos se la imaginan, para verlas como un todo que surta un efecto
visual,
pero en lo social cada uno de esos nuevos hogares tienen de dos a cuatro
personas viviendo cómodamente y no como ocurría en la IV República, que
vivían
hacinados, hasta cinco personas en un cuarto o diez en una casa toda
destartalada. La opinión que emites de “supuestas viviendas” son las
mismas que Julio Borges, un cobarde que atropelló y mató a un niño
cuando
“valientemente huía” de Venezuela, decía que las viviendas construidas
eran “pura maquetas” y la realidad le pegó tanto que no quiso hablar
más del tema. Borges está en Colombia, dando clases en una universidad.
Pobres
alumnos porque no saben el tipo de profesor que tienen. Debe estar
enseñando lo
que no debe hacerse, que contradiga o esté fuera de la Constitución,
explicándolo
orondamente en alguna clase de Derecho Comparado, pero desgraciadamente
eso fue
lo que hizo en Venezuela, de la que se declaró apátrida, desconoció la
Carta
Magna. Para rematar dijo públicamente que los venezolanos eran un mal
ejemplo
para latinoamérica, pero a su vez los estimulaba a que dejaran el país.
La
oposición venezolana, nada seria ella, ha vivido en un mar de
contradicciones y
por eso su eterno fracaso. Está grabado y escrito en la mass media
nacional e internacional, no se inventa nada.
No
se va a decir que en Venezuela se vive como "Alicia en el país de las
maravillas", porque no es cierto, se vive igual que en el resto del
mundo, con las carencias provocadas por el bloqueo impuesto por los
gringos. Para responderle a otro compatriota, se le dice que los
chavistas y maduristas, que al fin y al cabo son lo mismo, como él los
llama, se quedaron en esta patria enfrentando las consecuencias de
querer tener un país sin ataduras a Estados Unidos, sus hijos van a las
mismas escuelas y universidades a la que asisten la mayoría de los
venezolanos, los hospitales con algunas deficiencias también son
utilizados por todos quienes tienen la necesidad de asistir a ellos y si
no hay gas y gasolina es por el desmantelamiento a que sometieron la
industria petrolera los "Caballos de Troya" que compró el imperio. Nada
es casual en esta vida, todo tiene un propósito y detras de ellos están
las manos de los que se consideran dueños del mundo.
Por otro lado, es obvio que si te quieren robar o sacar a la fuerza de
tu casa, y para lograrlo cierran las puertas de tu inmueble y los vecinos se
prestan para no dejar que entren alimentos, medicinas y lo necesario para
realizar una vida cotidiana, lo más seguro que mueras de inanición, de una
enfermedad o simplemente sales y te vas de esa casa. Ese simple ejemplo da
claridad sobre lo que está pasando con Venezuela. Los Estados Unidos, quienes
están detrás de la desestabilización y bloqueo económico, además dirigen una
Guerra Económica, porque ya no lo ocultan, lo dicen descaradamente y se apoyan
en una OEA inservible y un “Grupo de Grima”, que no se sabe si son más ladrones
y sinvergüenzas arrastrados que cualquiera que se haya conocido en el mundo.
Los gringos quieren las riquezas y para ello buscan de cualquier forma tumbar
al gobierno, porque es la única forma de salir de la Revolución Bolivariana,
que llegó para quedarse hasta que el pueblo diga, porque constitucionalmente es
el que manda en estas tierras libertarias.
Lamentablemente los compatriotas que están viviendo debajo de un puente,
como techo de habitación en Colombia, es producto de la guerra psicológica que
les hicieron para que se fueran del país, ofreciéndoles “Oasis como el de
Chile”, o como se dice coloquialmente “villas y castillos” en Colombia
y Perú, tan solo para nombrar a esos países a donde viajaron venezolanos por la
migración estimulada por los ESCUÁLIDOS, y se encontraron con la triste
realidad de las condiciones por las que atraviesan los países hermanos de latinoamérica,
son las mismas miserias en todo nuestro continente, que son inducidas por el
capitalismo salvaje. Las oligarquías ven a los compatriotas venezolanos y
latinoamericanos como su mano de obra barata, esclava, no hay forma de que
puedan progresar en tal situación.
Muchos venezolanos vendieron sus posesiones (casas, apartamentos,
carros, tierras, entre otros activos) y se fueron a otras lares con la ilusión
que les prometieron Julio Borges y Juan Guaidó (Primero Justicia, Voluntad
Popular y los demás partidos opositores) de que les iban a dar buenos trabajos,
viviendas, comodidades y dólares, pero solo fue una quimera, luego de sentirse
defraudados están regresando apresuradamente a la patria de Bolívar, en donde
son bienvenidos por el gobierno revolucionario que los atiende y entiende.
Traen una experiencia invalorable, inolvidable, que les servirá para guiarse
junto a su familia por el camino de la valoración de la patria, de su
idiosincrasia y execrar para siempre de su modo de vida la xenofobia e ideas
segregacionistas, de las que fueron víctimas en su peregrinar por suelos
foráneos.
La verdad verdadera, es que los países que disponen de recursos
naturales renovables y no renovables, de importancia económica y estratégica
para el imperio y las transnacionales, deben ser atacados, invadidos y sus
gobiernos nacionalistas desalojados o echados del poder. Estados Unidos
aplica las doctrinas Monroe y Garrote (Big Stick)
juntas a los pueblos y gobiernos libres, soberanos, y que tienen
autodeterminación para tratar sus asuntos con el resto del mundo.
El caso de Bolivia es patético. Un país que tuvo el mejor desempeño
económico de la región en varios años, dicho por organismos internacionales
ajenos al socialismo y a movimientos progresistas de izquierda, que dispone de
un elemento natural de peso estratégico como el litio, debía ser
desestabilizado y defenestrado el liderazgo de Evo Morales, que solo vive para
servir a su pueblo, pero eso no importa, no conviene a los intereses
imperialistas y sus transnacionales, por lo que debe ser “eliminado” del poder
y colocar títeres que le sirvan a la causa estadounidense y sus aliados.
Nicaragua está desarrollando nuevamente la idea centenaria del
proyectado Canal Interoceánico, con apoyo de China, para ponerlo al servicio de
la economía nicaragüense, que da otra opción complementaria al de Panamá y eso
no conviene a Estados Unidos que por siglos ha manejado ese canal a su antojo.
Venezuela posee cuantiosas reservas, y el imperio lo sabe a cabalidad,
de un material energético como el Thorium, que sirven para la construcción de
bombas atómicas con un amplio margen de menor contaminación que el uranio.
Sirve para la elaboración de energía limpia con reactores nucleares que le
faciliten la producción de electricidad barata, además posee importantes
reservas de cortan, material que se utiliza para la fabricación de elementos
tecnológicos. Tiene petróleo estimado para más de 300 años, ya se conocen las
desventajas por la contaminación ambiental que genera la producción de energía
con éste hidrocarburo fósil, sin embargo, entre sus bondades, es de gran
utilidad los combustibles que actualmente mueven las maquinarias en el mundo. A
su vez en el territorio venezolano se tienen cuantiosas reservas de agua dulce,
que motivan cualquier instigación de invasión por parte del imperio. Todo eso y
otras situaciones geoestratégicas son el fin ulterior del ataque frontal de los
gobiernos de Estados Unidos contra Venezuela.
Por último, para entender al enemigo hay que buscar sus alianzas, las
que tienen como fin común la apropiación de tierras que por siglos han sido y
serán de los venezolanos. Por un lado está el diferendo con la República
Cooperativa de Guyana, postergado por intereses que tienen las transnacionales
y el gobierno estadounidense en esas tierras, poseedoras de inmensas riquezas y
que las quieren para ellos, aún a expensas de tomar a la fuerza el territorio
de la Guayana Esequiva, que es de los venezolanos y en donde nace el “Sol de
Venezuela”. Así miso, el hermano país de Colombia ha sido tomado como enclave
de Bases Militares estadounidenses, que tienen como pretexto controlar a
Venezuela, para tenerla como corredor efectivo de contrabando y tránsito de
drogas, porque en el mundo ya han entendido que esas bases militares
diseminadas en el territorio colombiano son las cuidadoras de las más grandes
extensiones de siembra de marihuana y otros rubros necesarios para la producción
de drogas alcaloides, en este planeta. Es el gran negocio, la doble moral, en
el que se sustenta parte de la economía de Estados Unidos y Colombia, además de
que la droga la utilizan como las religiones, a decir de Carlos Marx: “Son
el opio de los pueblos”.
La cosa no es tan sencilla como la plantean los adversarios políticos,
de que si el gobierno de la Revolución Bolivariana sirve o no. Son variopintos
intereses que se esconden debajo de la mesa del ajedrez político. Es un imperio
que da pataletas para sostenerse y que su progenitor, el Capitalismo, necesita
oxigenarse, pero los pueblos no están dispuestos a que les sigan “chupando la
sangre” los vampiros de Estados Unidos y sus secuaces de la Unión Europea, así
como los gobiernos genuflexos de Suramérica, que se han prestado para la
destrucción de la República Bolivariana de Venezuela.
Por todo lo anterior, la discusión no es estéril, sino enriquecedora,
porque permite hacer los planteamientos de forma descarnada, sin subterfugios,
sin evasión de responsabilidades de una y otra parte. Al fin de cuentas, hay un
enemigo común, que el día que intentes ser libre, pensar y actuar por tus
propios medios, ese día es el fin de la carrera, sobre todo en la política
nacional e internacional. El padre Libertador Simón Bolívar, lo dejó escrito
para la posteridad y es obligación revolucionaria repetirlo una y un millón de
veces, porque es lo que se vive actualmente: “Los Estados Unidos están
destinados por la providencia a plagar la América de miseria en nombre de la
libertad”.
Con la más alta estima y solidaridad
revolucionaria, queda ante usted,
Omar José Hernández
Borges
omarhdez78.blogspot.com
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