La solidaridad, la eterna compañera de
los revolucionarios
A los camaradas que dieron
su sudor y hasta la vida para que en Venezuela se tuviera la oportunidad de darse
un socialismo a la venezolana, como Bolívar en sus tiempos, se dio una república
peleándose con el imperio español, o como Francisco de Miranda, que conoció mundos
lejanos para la época, fue el incomprendido, ¡pero que tipo tan solidario! con
el muchos compatriotas venezolanos entendieron lo que era una revolución. Fue perseguido
hasta su muerte, pero dejó sembrado el espíritu de la constancia para poder
elevar la bandera que trajo como símbolo de la venezolanidad.
En los tiempos de revolución
es necesario que se haga un recuento de los compatriotas combatientes de los
años 60´, 70´ y 80´, de los que sobrevivieron a ese proceso, quienes tuvieron
la valentía y la convicción del porque se luchaba contra el capitalismo. El 27
y 28 de febrero de 1989, en el conocido Caracazo, los venezolanos vieron por primera
vez el rostro de ese tan temido monstruo, que enfilo sus garras contra más de 3.000
compatriotas que salieron a enfrentarlo, y ¡vaya que sí tuvo su resonancia!
porque hizo cimbrar las estructuras del Pacto de Puntofijo y de la oligarquía criolla.
Luego el Comandante Eterno,
Hugo Chávez los fue conociendo uno a uno, a los que sobrevivieron, aquellos “gloriosos Camaradas, Combatientes de la Guerrilla
en Venezuela”, unos entendieron las razones de la rebelión de los soldados
bolivarianos, otros con las ínfulas de los sabelotodo no comprendieron el
momento histórico y desde un primer instante enfrentaron al movimiento que venía
con la intención de superar el sempiterno 5% de los sufragios de la izquierda
anquilosada, que no daba pie con bola y sumergida en continuos fracasos, se iban
convirtiendo en grupúsculos, quizás con las mejores intenciones, no se les
puede quitar, pero con un tiro en el ala por las profundas divisiones, por los
distintos enfoques ideológicos que le imprimían
a sus liderazgos, en donde cada líder encontraba un submundo para enfrentar fraccionados
a un coloso interno que tenía el apoyo y contaba con los recursos provenientes
de la entrega de las riquezas del país al imperialismo yanqui. Y sobre todo unas
Fuerzas Armadas domadas.
Dejemos eso hasta aquí, para
no herir susceptibilidades, puesto que una vez que “cambia de paisaje” el Comandante
Chávez se arrecian las aspiraciones y empiezan a enfrentar al Presidente
Constitucional Nicolás Maduro Moros, duélale a quien le duela, fue el designado
al bate y a quien todos, los que se consideran revolucionarios, deben apoyar
para que cumpla con el pesado legado que le fue encomendado. No es menester
verse en el mismo espejo del Libertador,
debido a que nadie de los que lo acompañaron tuvo la oportunidad de cumplir con
su misión, con la encomienda: ¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de
la patria. Si mi muerte contribuye
para que cesen los partidos y se
consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”.
Hugo Chávez le dio viabilidad a ese inmenso
contingente de venezolanos que se encontraban desesperanzados, viviendo de las
migajas de quienes se repartían las riquezas de Venezuela, y el resto que se
jodiera. Los ingresos petroleros eran de las castas oligárquicas de Venezuela y
latinoamerica. Los partidos Acción Democrática y COPEI, con sus afiliaciones a
las corrientes socialdemócratas y socialcristianas,
preparaban a sus líderes del futuro que le dieran continuidad a los acuerdos
partidistas para turnarse en los gobiernos, que poco a poco fueron destruyendo
la moral y la ética de los venezolanos, puesto que sus líderes se sumergieron
en la corrupción para darse estilos de vida que no podían costear con sus
ingresos profesionales ya fueran en la administración pública o en la empresa
privada, que al final era un solo combo, puesto que se develó ese conciliábulo,
que muchos conocían pero que eran incapaces de denunciar o castigar, cuando
Jaime “Bochinche” les condonó la deuda externa aquella, luego “del mejor
refinanciamiento del mundo” dejando
para la historia la famosa frase “la banca me engañó”.
Bueno, sigamos con los Camaradas Combatientes de la Guerrilla de Venezuela, esos eran
los que denunciaban los desmanes de los últimos 40 años de la IV República, esos
son los imprescindibles, a decir de Bertolt Brecht, los que no tenían días
libres en las montañas de la patria, los que expusieron sus vidas a cambio de
nada, solamente los movía la idea de llevar adelante la lucha por mejores condiciones
de vida para los campesinos, los trabajadores, los estudiantes, para las
familias venezolanas a las que solo les alcanzaba el sueldo para hacer
milagros. La escasez en los hogares era el pan de cada día. Los torturados, los
desaparecidos, los muertos salían de las
clases marginadas, eran los combatientes en los cerros o en las barriadas de
las principales ciudades del país. Eran los perseguidos de todos los días en
estas tierras, que conocían de sus bondades cuando esos revolucionarios las
cruzaban llevando el mensaje, que como Cristo, les insuflaban a sus coterráneos
las ideas de que otro mundo era posible, con otro sistema de gobierno que le
diera “la mayor suma de felicidad posible”.
Al respecto, hay una reflexión que observé en
Facebook, la cual publicó Alberto J.
Cardona el 04/04/2019 y “retwiteo” Rosa
Castillo, hija de un recordado paisano de Aragua de Barcelona, que lo dice
todo: “Si el socialismo es tan defectuoso, ineficiente, como afirman los oligarquías
y la derecha, por qué no se le permite desplomarse por sí solo? Por qué se
requiere bloquear, sancionar, boicotear a los países que intentan desarrollar
un proceso para implantar el socialismo? Pareciera que quienes se empeñan en
obstaculizar tal proceso, tienen fundado temor de la posibilidad de éxito de
este modelo que procura alcanzar el bienestar de la gente distribuyendo
equitativamente la riqueza”.
En fin, es necesario que se les haga un reconocimiento
público a los compatriotas combatientes y en ese sentido se propone que sea el 08 de
octubre de 2019, el día del Guerrillero Heroico, Ernesto “Che” Guevara,
la fecha de inicio a la integración de los combatientes y sus familiares a ser
atendidos, por un gobierno de izquierda, revolucionario y socialista, que haga
honor a esos luchadores que dieron su esfuerzo por un mundo mejor. Mientras llega
esa fecha que se vayan organizando en sus brigadas estadales y hacer llegar sus
nombres y direcciones a los dirigentes del Gran Polo Patriótico Simón Bolívar
de cada región del país para que puedan ser contactados y de una vez por todas convocados
para tal fecha y que se les dé la oportunidad de participar en los programas
sociales de la Revolución Bolivariana. ¡Patria o Muerte, Venceremos!.
Omar José Hernández Borges
omarhdez78.blogspot.com
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