Caracas, 20 de
noviembre de 2016
El 22 de junio de 1826 se
cumplieron 190 años desde el Congreso Anfictiónico de Panamá, fecha histórica cuando
los gringos empezaron a imponer una hegemonía del eslogan “América para los
Americanos”, frase atribuida a John Quincy Adams, ejecutada por el 5to.
Presidente de Estados Unidos, James Monroe en 1823, lo que muchos han entendido
muy bien como “América para los Norteamericanos”, ya Simón Bolívar sin pueblo,
abandonado por los traidores trató de oponerse a esas pretensiones pero el
tiempo no le alcanzó y luego vino otro insigne venezolano quien junto a otros
líderes del sur y sus pueblos latinoamericanos lograron lo que fue el sueño
preterido de nuestro Libertador, sin embargo he venido observando con
preocupación que la revolución bolivariana está haciendo concesiones al
enemigo, puesto que no se toman las decisiones que deben hacer respetar el
hecho bolivariano más transcendental en lo que va de Siglo XXI, pero que es
importantísimo que se le dé celeridad para que se logre, la vigencia de la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) como alternativa
ante el ministerio de las colonias de Estados Unidos de Norteamérica (USA),
llamada Organización de Estados Americanos (OEA).
Cuando se está sentado en un
foro, los asistentes están convalidando lo que se diga en contra y a favor,
pero lo cual no da validez al pensamiento y desarrollo de procesos que vayan a
consolidar el ideario bolivariano, puesto que se está avalando la doctrina
opuesta, en este caso me refiero al pensamiento de James Monroe, inspirador de
la OEA, en contra del pensamiento de Simón Bolívar, dos visiones diferentes de
cómo ver el mundo y sobre todo nuestra américa.
Aquí se está dando un proceso de diálogo
para entendernos como venezolanos; y si en el mundo quieren dialogo para
entendernos, en latinoamerica tenemos el escenario ideal para dialogar con el resto
del mundo como lo es la CELAC. Debemos aprovechar esa fortaleza para de una vez
por todas tener una independencia total.
En fin, aterrizando como dicen
los que no les gusta que les digan lo que por alguna razón y medio conocen, me
estoy refiriendo a la permanencia de la República Bolivariana de Venezuela en
la OEA en detrimento de la CELAC. Si se sigue sentado al lado de insolentes que
no respetan la soberanía de sus estados miembros no tiene sentido permanecer en
ese foro de política internacional que responde a los intereses de USA, al
imperialismo y al neoliberalismo. Por tal motivo, es necesario actuar con
valentía y se proceda a retirar a Venezuela de la OEA y empezar a darle el
verdadero valor que tiene la CELAC como legado del Comandante Eterno y Supremo
Hugo Rafael Chávez Frías.
Entiendo que se necesite ocupar
todos los espacios para dar la lucha política por un mundo mucho mejor al que
tenemos hoy en día, pero ya en la OEA no tiene sentido permanecer, porque es
como aceptar permanentemente que le estén siendo infiel y no se busque la
manera de resolver ese conflicto que se presenta. Por lo tanto es necesario que
se vaya por el sendero que iluminó Chávez, como consecuencia de la herencia
histórica de nuestro libertador, con los dos instrumentos de política del
hemisferio sur, como lo son la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) creada
el 16 y 17 de abril de 2007 en la Isla de Margarita (Venezuela) y la CELAC que
reúne a la mayor cantidad de países de habla hispana y anglosajona en la
búsqueda de la integración que acordaron, la CELAC nace en Caracas el 3 de
diciembre de 2011, en presencia de Hugo Chávez, para constituirse en baluartes
defensores de la independencia, soberanía y de los intereses de sus pueblos, instituciones
de mayor transcendencia ejecutadas por la revolución bolivariana. Seguir en la
OEA es aceptar que lo que pensó Bolívar, y puso en funcionamiento Chávez, no
sirve y entonces hay que plegarse a los dictámenes de quienes buscan por todos
los medios posibles perjudicar a nuestra patria.
Si USA, Canadá, México, entre
otros, quieren seguir en ese mamotreto anacrónico que permanezcan allí, pero la
CELAC es el sur de nuestra política unitaria, solidaria y de soberanía de
nuestros pueblos, no podemos seguir atados como unos borregos en una
organización que lo único que persigue es la división de los pueblos, la República
de Cuba fue la primera que recibió la política del garrote por pensar distinto,
cuando fue excluida del seno de la OEA, entonces, aprovechemos el momento
histórico de la Revolución Bolivariana para hacer vigente el pensamiento de
nuestros dos gigantes.
Recientemente el 16 de noviembre
de 2016 en la OEA hicieron una sesión extraordinaria para tratar asuntos sobre
VENEZUELA y como convidados de piedra asistieron la mayoría y nuestra
delegación tuvo que hacer una nota de protesta por la falta de respeto, al
tratar asuntos de la patria de Bolívar y ni siquiera tuvieron la delicadeza de
invitar a quienes iban a sentar en el banquillo de los acusados. Esa era la
oportunidad para acabar de una vez con la falsa de dicha organización y ocupar
con mucho trabajo creador el espacio que corresponde a nuestro pueblo en la
CELAC. Muy bien por Venezuela y nuestros países aliados Bolivia y Nicaragua que
se retiraron, de la sesión extraordinaria que se celebraba en el salón de
sesiones, como protesta por la actitud que adelantaban USA y los demás países
que aspiraban darle una puñalada por la espalda a nuestra patria al proponer
consejos, que no se le están solicitando, de cómo manejar los asuntos internos
de política, economía y todo lo que tiene que ver con nuestra soberanía. Es
como aceptar que otros sin razón alguna vengan a opinar como debe desarrollarse
las actividades en un hogar que cumple con la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y todas las leyes que rigen el comportamiento del buen
ciudadano.
Lo que llama la atención es que
el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, quien tiene sesgo o parcialización
hacia la Mesa de la Unidad Democrática, y les ha dado beligerancia política en
su seno a través de voceros de otras naciones, pretendiendo dar un golpe de
estado con una manoseada Carta Democrática Interamericana que no atiende a
diálogos; y como se vieron en la cola por el apoyo que le dio el Papa Francisco
al dialogo se quieren incorporar como Caballos de Troya pidiendo celeridad a
las conversaciones, con un desconocimiento supino de cómo se debe llevar un
proceso de diálogo, empero así actúa el imperio, utilizando sus peones para
sacar ventajas en donde tiene puesto el ojo, en esta caso a Venezuela para
apoderarse de sus recursos naturales. El día de la reunión de las partes
dialogantes, 30 de octubre de 2016, el enviado del Papa, Monseñor Claudio María
Celli, hizo el siguiente señalamiento: “Esta
palabra proceso es muy importante para el Papa Francisco, espero que este
proceso de diálogo en Venezuela continué, esta noche les deseo a todos un buen
camino. Es un momento muy positivo”. Todos los venezolanos debemos entender
que el diálogo es un proceso que no tiene plazos, sino que finaliza hasta que
se alcanzan acuerdos que favorezcan al país.
Ing. Omar José Hernández Borges
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