DESAPARECIDO POLÍTICO DE LA IV REPÚBLICA

DESAPARECIDO POLÍTICO DE LA IV REPÚBLICA

sábado, 26 de septiembre de 2015

A 46 AÑOS DEL SECUESTRO Y DESAPARICIÓN FORZADA POR EL SERVICIO DE INTELIGENCIA DE LAS FUERZAS ARMADAS (SIFA) DEL Br. LUIS ALBERTO HERNÁNDEZ EL 26/09/1969 EN ARAGUA DE BARCELONA

A 46 AÑOS DEL SECUESTRO Y DESAPARICIÓN FORZADA POR EL SERVICIO DE INTELIGENCIA DE LAS FUERZAS ARMADAS (SIFA) DEL Br. LUIS ALBERTO HERNÁNDEZ EL 26/09/1969 EN ARAGUA DE BARCELONA Y POSTERIOR ALLANAMIENTO A LA UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA (1969 – 1970)
Luis Alberto Hernández. Aragüeño de pura cepa, de la calle Juncal C/c Ricaurte de Aragua de Barcelona, anzoatiguense; y venezolano como todos los que en esta patria habitamos.
Ayer, hoy y siempre, fue, es y será un día muy doloroso para nuestra familia, aún lo fue más para Luis y sus dos amigos que le acompañaron aquella mañana del 26 de septiembre de 1969. Sintieron en carne propia lo que significaba enfrentar a un sistema dizque democrático, muy corrompido. Tan execrable como las dictaduras que sufrió el país en el pasado.
Ángel Rafael Vivas Guayamo “El Negro Vivas” y Miguel Otilio Pinto, “El Negro Pinto”, posteriormente aparecieron muy torturados y fueron presos al Teatro de Operaciones Antiguerrilleras (TO4) en Cocollar, Edo. Sucre y luego a la cárcel de “La Pica” en el Edo. Monagas. También en esos días apresaron a sus camaradas, también de Aragua de Barcelona, me refiero a Rogelito Hernández, Rafael Valladares y Diego Antonio Arreaza Lander, a quienes recluyeron en la cárcel de “La Pica”. Estos camaradas luego saldrían en libertad, pero siempre perseguidos por la policía política. No vivían con tranquilidad pensando que un día de esos les tocaría la misma suerte.
En lo que respecta a Luis ni siquiera se sabe donde dejaron su cuerpo, sus huesos deben andar por ahí… Lo que si se es que siempre anda con su familia, en el más allá; y en el recuerdo de los que aún vivimos. Los amigos de infancia y de juventud, siempre le tienen presente, porque con ellos vivió sus mejores días de camaradería política y de luchas sociales y estudiantiles, de jugadores de béisbol y de serenateros.
Nació un 24 de diciembre de 1948, por lo que este año estaría cumpliendo como muchos de sus compatriotas contemporáneos 67 años.
Fue un estudiante normal, tan igual como todos sus compañeros de primaria, secundaria y universitaria, solo que a él, junto a otros, le correspondió ser uno de los tantos portavoces de las desventuras que vivía nuestra patria: Venezuela. A temprana edad los convirtieron en mártires de las causas justas.
El Mayo francés de 1968 fue el acicate para que muchos jóvenes venezolanos tomaran conciencia de su papel en el mundo.
Los que asumieron, por voluntad propia, por sus propias convicciones, liderizar a los trabajadores, los campesinos y los estudiantes, fueron por mucho tiempo quienes solían defender los derechos al trabajo, a la tierra, al estudio, a la salud y tantos otros vulnerados o conculcados por el sistema imperante de una partidocracia adeca-copeyana apátrida de la IV República.
Nunca antes se había visto como líderes de la talla de Fabricio Ojeda, Alberto Lovera y Jorge Rodríguez, tan solo para nombrar a tres, fueran, secuestrados, torturados y luego vilmente asesinados por los cuerpos represivos del estado, llámense DIGEPOL lo que luego fue la DISIP o el Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (SIFA), órganos policiales éstos, los cuales tenían la orden expresa de acabar con la vida de aquellos que disintieran de un orden imperante que cercenaba los derechos sociales y políticos de la mayoría del pueblo venezolano.
Luis Alberto Hernández militó con sus compañeros de Aragua de Barcelona, en el Edo. Anzoátegui; y de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), luego en el Partido Revolucionario de Integración Nacionalista (PRIN), en este último partido coincidió en la militancia con el Dr. José Vicente Rangel, camarada quien era diputado para ese tiempo en el extinto Congreso Nacional; y posteriormente el 28 de octubre de 1969, desde ese oprobioso Congreso Nacional de la República, hiciera conocer su secuestro y desaparición forzada por el Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (SIFA) ante la Fiscalía General de la República. Expediente: 2988.
Nunca se arrepintió de haber luchado por la justicia social para su pueblo. Desde sus estudios de Bachillerato y luego de Sociología y Antropología en la Universidad Central de Venezuela (UCV) entendió perfectamente que el camino de la REVOLUCIÓN era la única senda para darle al pueblo lo que El Libertador Simón Bolívar siempre le deseo a los venezolanos y latinoamericanos: La máxima felicidad posible.
Durante su secuestro le torturaron, no murió por asma, ni asfixiado, sino por las palizas que le dieron al violentarle su derecho a la vida. Luego lo “ruletearon” en varios automóviles, cambiándolos en varias oportunidades, en la carretera hacia Barcelona, luego aparecerían Ángel Rafael Vivas Guayamo y Miguel Otilio Pinto en el TO4 de Cocollar, sus dos compañeros; y Luis Alberto nunca ingresó a ningún sitio en especifico en donde se le hubiera prestado los primeros auxilios. Se les murió y lo tiraron como a un perro por ahí…
Este sábado 26 de septiembre de 2015 se cumplen 46 años de su secuestro y desaparición forzada; y siento como nunca que sigue entre nosotros, en sus pensamientos y en sus luchas por una vida mejor para nuestro pueblo. …PROHIBIDO OLVIDAR…
El único sobreviviente de los secuestrados, Miguel Otilio Pinto, será el Orador de Orden, en un acto solemne que realizará la Fundación Luis Alberto Hernández en la ciudad de Aragua de Barcelona, Edo. Anzoátegui, a las 10 de la mañana del 03 de octubre de 2015 en el Centro de Diagnostico Integral (CDI) “Luis Alberto Hernández”, de la referida población.


Autor: Ing. Omar José Hernández Borges
E-mail: omarhdez78@gmail.com





A 46 AÑOS DE LA DESAPARICION DE LUIS ALBERTO

 REPORTAGE DE CIUDAD CARACAS, 26/09/2015

46 años de la desaparición de Luis Alberto

 



> Era un joven estudiante de sociología en la UCV > Fue detenido, torturado y asesinado por el gobierno de Rafael Caldera en 1969
Hoy se cumplen 46 años de la desaparición de Luis Alberto Hernández, quien era un joven de apenas 19 años de edad y estudiante de sociología en la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Era viernes cuando Hernández fue detenido en Aragua de Barcelona, estado Anzoátegui, por efectivos del Gobierno de Rafael Caldera, más exactamente por funcionarios del extinto Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (SIFA), quienes lo involucraron sin pruebas a los movimientos guerrilleros de la época.
En entrevista a Ciudad CCS, su hermano, Jesús Salvador Pérez, recordó que días anteriores a la desaparición hubo un enfrentamiento cerca de Anaco entre los grupos insurreccionales y el Ejército en el que murieron 6 guerrilleros y un oficial de la Fuerza Armada. Desde ese momento los funcionarios aprovecharon para llevarse preso a cualquier militante de izquierda que se encontrara en la zona.


Por esos días Luis Alberto, quien formaba parte de la Juventud del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), se encontraba en Aragua de Barcelona –de donde era oriundo– disfrutando sus vacaciones en casa de su madre. Ese 26 de septiembre fue detenido una cuadra antes de su hogar junto a su amigo Ángel Rafael “El Negro” Vivas Guayamo.
“Eso pasó a las 11 de la mañana y se los llevaron con destino a Cocollar, estado Sucre (Teatro de Operaciones TO-4) pero en el trayecto los bajaron y los empezaron a golpear. Uno de los captores golpeaba a El Negro y Luis se le soltó a su captor y echó al piso al agresor de su amigo, pero otro captor le dio un cachazo en la cabeza y lo retuvo nuevamente”, relató Jesús Salvador.
En venganza a su acción, los funcionarios sentaron a El Negro en los puestos de adelante y a Luis lo metieron en la maleta del carro malherido tras la fuerte golpiza.
En el camino los funcionarios se detuvieron en la bomba del km 90 de Barcelona y separaron a los detenidos cambiándolos de vehículos. “Desde ahí El Negro no supo más de Luis”, contó Jesús.
“En un carro estaba El Negro con el camarada (Miguel Otilio) Pinto y ellos dijeron que a Luis se lo llevaron en otro carro sin saber para donde. Luis estaba muy mal de las torturas y maltratos que había recibidos tanto así que uno de los funcionarios dijo: ‘éste como que quiere pasar a una mejor vida”, agregó Jesús, quien añadió que en un principio su hermano iba a ser recluido en Barcelona, pero como los funcionarios del SIFA se enteraron que la familia del infortunado joven tenía un tío senador, cambiaron el destino para Cocollar, Sucre.

UN TELEGRAMA REVELÓ EL CRIMEN

Tras conocer los hechos, el hoy miembro de la Comisión por la Justicia y la Verdad, Omar Narváez Aché junto al otro hermano de Luis, Ibrahim, acompañó a los amigos de lucha a la prensa y radio en Caracas para denunciar la desaparición del joven.
Relata en el prólogo del libro Memoria del desaparecido Luis Alberto Hernández, escrito por su primo hermano Omar Hernández: “La televisión era inalcanzable para una denuncia de este tipo y mucho menos en un programa de opinión. No había libertad de expresión. Cuando salíamos de Radio Rumbos, el SIFA y la Digepol estaban a nuestras espaldas, nos hacían seguimiento permanente”.
Solo después de un mes y cuatro días, el 30 de octubre de 1969, se supo de Luis Alberto, cuando estudiantes de Sociología de la UCV, con el apoyo del para entonces diputado José Vicente Rangel, publicaron en el diario El Nacional un aviso con un telegrama enviado por el preso político Pastor Espín, quien revelaba el asesinato del joven.


La historia la relató Miguel Otilio Pinto que estuvo preso por casi 4 años en el centro penitenciario La Pica, Monagas. Allí conoció a Pastor Espín (fallecido el 22 de agosto del año pasado y miembro de la retaguardia del Frente Guerrillero “Antonio José de Sucre”) a quien le contó como lo separaron de su amigo en el traslado al centro de reclusión.
“Un día Pastor Espín estaba leyendo la prensa y en unos artículos se reseñaba que había un joven desaparecido y él me preguntó sobre eso y yo le conté que Luis Alberto era un joven revolucionario que fue detenido y desaparecido. Ante esta situación Pastor Espín me dijo vamos a redactar una carta y se la mandamos a José Vicente Rangel, y así fue”, narró en entrevista telefónica.
Cuenta que para que la misiva llegara al destino planificado, Pastor Espín le pagó 150 bolívares a un enfermero de la cárcel para que enviara el recado pero “se bailó los reales” y no la remitió.
Posteriormente, el grupo de presos que firmó la carta logró que el mensaje llegara a la escuela de sociología de la UCV. Los estudiantes, con el apoyo de Rangel, recolectaron dinero para que apareciera el aviso. Ante el escándalo el gobierno de Caldera siempre negó la participación de efectivos policiales.
“Esa carta la escribimos un 14 de octubre después me fue a visitar (a la cárcel) José Vicente Rangel y el 30 de ese mes fue que salió en la prensa. Fue entonces cuando se armó el tremendo zaperoco”, dijo.

TE VAS A PODRIR EN LA CÁRCEL

Al día siguiente de la publicación, el 31 de octubre de 1969, Martín García Villasmil, para el momento ministro de Defensa, y el general Gustavo Alfonso Dávila comandante de operaciones conjunta, interrogaron a Pinto sobre la denuncia que se hiciera pública. “¿Cómo tu sabes que nosotros lo matamos?”, le preguntaron. “Ustedes lo mataron”, respondió Pinto, y para acabar con el problema los funcionarios intentaron negociar la libertad con la condición de que saliera desmintiendo públicamente, por lo que éste se negó.
“Te vas a podrir en la cárcel”, le dijo el general, y “así fue, pues duré casi cuatro años preso”.
Contó además que la detención de Luis al igual que la de Espín, fue gracias a un delator que trabajó en el SIFA y conocía las acciones del frente guerrillero Antonio José de Sucre, al cual pertenecía.
“Conocía a todo del grupo e inculpó a Luis Alberto ligándolo con nosotros lo cual era falso porque aunque (Luis) era revolucionario no estaba ligado al frente, simplemente estudiaba en Caracas”, dijo.
Pinto acotó que él sí pertenecía al citado frente guerrillero al cual colaboraba con el suministro de comida, ropa y calzado.
en búsqueda de los camaradas caídos
Pastor Espín siempre mantuvo con firmeza que en el TO-4 de Cocollar, debe existir una fosa común con los restos de decenas de revolucionarios, entre ellos, Luis Alberto.
Al respecto, Narváez relató que durante un acto en octubre de 2010, Espín planteó la necesidad de que por “las buenas” o por “las malas” se ingresara al TO-4 para buscar a los camaradas caídos.
Para el momento el coronel Carlos Martínez Estapulioni, comandante de la Escuela de Operaciones Especiales, general de brigada Andrés Rojas, antiguo TO-4 y actual jefe de Zona Especial Fronteriza dijo: “Quiero ser el primero en ayudarlos, el primero en apoyarlos y el primero en abrirle las puertas de ese campo militar”.
Posteriormente la Comisión por la Justicia y la Verdad visitó el TO-4 de Cocollar con la esperanza de encontrar los restos de Luis Alberto, sin embargo la inspección resultó infructuosa.

HOY RENDIRÁN HOMENAJE

A 46 años de la desaparición de Luis, su hermano Jesús pide a la fiscal general Luisa Ortega Díaz y a la Comisión por la Justicia y la Verdad, que se intensifique la búsqueda para poder darle cristiana sepultura.
Para hoy sus familiares y amigos tienen previsto rendirle un homenaje al joven revolucionario en Aragua de Barcelona, en la plaza que lleva su nombre, donde su amigo Miguel Pinto será el orador de orden y denunciará una vez más las torturas y violaciones de los derechos humanos en los tiempos de la cuarta República.

NELYTZA MATUZALÉN LARA / CIUDAD CCS



46 años de la desaparición de Luis Alberto

REPORTAJE DE CIUDAD CARACAS, 26/09/2015


46 años de la desaparición de Luis Alberto


 

> Era un joven estudiante de sociología en la UCV > Fue detenido, torturado y asesinado por el gobierno de Rafael Caldera en 1969

Hoy se cumplen 46 años de la desaparición de Luis Alberto Hernández, quien era un joven de apenas 19 años de edad y estudiante de sociología en la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Era viernes cuando Hernández fue detenido en Aragua de Barcelona, estado Anzoátegui, por efectivos del Gobierno de Rafael Caldera, más exactamente por funcionarios del extinto Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (SIFA), quienes lo involucraron sin pruebas a los movimientos guerrilleros de la época.
En entrevista a Ciudad CCS, su hermano, Jesús Salvador Pérez, recordó que días anteriores a la desaparición hubo un enfrentamiento cerca de Anaco entre los grupos insurreccionales y el Ejército en el que murieron 6 guerrilleros y un oficial de la Fuerza Armada. Desde ese momento los funcionarios aprovecharon para llevarse preso a cualquier militante de izquierda que se encontrara en la zona.

Por esos días Luis Alberto, quien formaba parte de la Juventud del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), se encontraba en Aragua de Barcelona –de donde era oriundo– disfrutando sus vacaciones en casa de su madre. Ese 26 de septiembre fue detenido una cuadra antes de su hogar junto a su amigo Ángel Rafael “El Negro” Vivas Guayamo.
“Eso pasó a las 11 de la mañana y se los llevaron con destino a Cocollar, estado Sucre (Teatro de Operaciones TO-4) pero en el trayecto los bajaron y los empezaron a golpear. Uno de los captores golpeaba a El Negro y Luis se le soltó a su captor y echó al piso al agresor de su amigo, pero otro captor le dio un cachazo en la cabeza y lo retuvo nuevamente”, relató Jesús Salvador.
En venganza a su acción, los funcionarios sentaron a El Negro en los puestos de adelante y a Luis lo metieron en la maleta del carro malherido tras la fuerte golpiza.
En el camino los funcionarios se detuvieron en la bomba del km 90 de Barcelona y separaron a los detenidos cambiándolos de vehículos. “Desde ahí El Negro no supo más de Luis”, contó Jesús.
“En un carro estaba El Negro con el camarada (Miguel Otilio) Pinto y ellos dijeron que a Luis se lo llevaron en otro carro sin saber para donde. Luis estaba muy mal de las torturas y maltratos que había recibidos tanto así que uno de los funcionarios dijo: ‘éste como que quiere pasar a una mejor vida”, agregó Jesús, quien añadió que en un principio su hermano iba a ser recluido en Barcelona, pero como los funcionarios del SIFA se enteraron que la familia del infortunado joven tenía un tío senador, cambiaron el destino para Cocollar, Sucre.

UN TELEGRAMA REVELÓ EL CRIMEN

Tras conocer los hechos, el hoy miembro de la Comisión por la Justicia y la Verdad, Omar Narváez Aché junto al otro hermano de Luis, Ibrahim, acompañó a los amigos de lucha a la prensa y radio en Caracas para denunciar la desaparición del joven.
Relata en el prólogo del libro Memoria del desaparecido Luis Alberto Hernández, escrito por su primo hermano Omar Hernández: “La televisión era inalcanzable para una denuncia de este tipo y mucho menos en un programa de opinión. No había libertad de expresión. Cuando salíamos de Radio Rumbos, el SIFA y la Digepol estaban a nuestras espaldas, nos hacían seguimiento permanente”.
Solo después de un mes y cuatro días, el 30 de octubre de 1969, se supo de Luis Alberto, cuando estudiantes de Sociología de la UCV, con el apoyo del para entonces diputado José Vicente Rangel, publicaron en el diario El Nacional un aviso con un telegrama enviado por el preso político Pastor Espín, quien revelaba el asesinato del joven.

La historia la relató Miguel Otilio Pinto que estuvo preso por casi 4 años en el centro penitenciario La Pica, Monagas. Allí conoció a Pastor Espín (fallecido el 22 de agosto del año pasado y miembro de la retaguardia del Frente Guerrillero “Antonio José de Sucre”) a quien le contó como lo separaron de su amigo en el traslado al centro de reclusión.
“Un día Pastor Espín estaba leyendo la prensa y en unos artículos se reseñaba que había un joven desaparecido y él me preguntó sobre eso y yo le conté que Luis Alberto era un joven revolucionario que fue detenido y desaparecido. Ante esta situación Pastor Espín me dijo vamos a redactar una carta y se la mandamos a José Vicente Rangel, y así fue”, narró en entrevista telefónica.
Cuenta que para que la misiva llegara al destino planificado, Pastor Espín le pagó 150 bolívares a un enfermero de la cárcel para que enviara el recado pero “se bailó los reales” y no la remitió.
Posteriormente, el grupo de presos que firmó la carta logró que el mensaje llegara a la escuela de sociología de la UCV. Los estudiantes, con el apoyo de Rangel, recolectaron dinero para que apareciera el aviso. Ante el escándalo el gobierno de Caldera siempre negó la participación de efectivos policiales.
“Esa carta la escribimos un 14 de octubre después me fue a visitar (a la cárcel) José Vicente Rangel y el 30 de ese mes fue que salió en la prensa. Fue entonces cuando se armó el tremendo zaperoco”, dijo.

TE VAS A PODRIR EN LA CÁRCEL

Al día siguiente de la publicación, el 31 de octubre de 1969, Martín García Villasmil, para el momento ministro de Defensa, y el general Gustavo Alfonso Dávila comandante de operaciones conjunta, interrogaron a Pinto sobre la denuncia que se hiciera pública. “¿Cómo tu sabes que nosotros lo matamos?”, le preguntaron. “Ustedes lo mataron”, respondió Pinto, y para acabar con el problema los funcionarios intentaron negociar la libertad con la condición de que saliera desmintiendo públicamente, por lo que éste se negó.
“Te vas a podrir en la cárcel”, le dijo el general, y “así fue, pues duré casi cuatro años preso”.
Contó además que la detención de Luis al igual que la de Espín, fue gracias a un delator que trabajó en el SIFA y conocía las acciones del frente guerrillero Antonio José de Sucre, al cual pertenecía.
“Conocía a todo del grupo e inculpó a Luis Alberto ligándolo con nosotros lo cual era falso porque aunque (Luis) era revolucionario no estaba ligado al frente, simplemente estudiaba en Caracas”, dijo.
Pinto acotó que él sí pertenecía al citado frente guerrillero al cual colaboraba con el suministro de comida, ropa y calzado.
en búsqueda de los camaradas caídos
Pastor Espín siempre mantuvo con firmeza que en el TO-4 de Cocollar, debe existir una fosa común con los restos de decenas de revolucionarios, entre ellos, Luis Alberto.
Al respecto, Narváez relató que durante un acto en octubre de 2010, Espín planteó la necesidad de que por “las buenas” o por “las malas” se ingresara al TO-4 para buscar a los camaradas caídos.
Para el momento el coronel Carlos Martínez Estapulioni, comandante de la Escuela de Operaciones Especiales, general de brigada Andrés Rojas, antiguo TO-4 y actual jefe de Zona Especial Fronteriza dijo: “Quiero ser el primero en ayudarlos, el primero en apoyarlos y el primero en abrirle las puertas de ese campo militar”.
Posteriormente la Comisión por la Justicia y la Verdad visitó el TO-4 de Cocollar con la esperanza de encontrar los restos de Luis Alberto, sin embargo la inspección resultó infructuosa.

HOY RENDIRÁN HOMENAJE

A 46 años de la desaparición de Luis, su hermano Jesús pide a la fiscal general Luisa Ortega Díaz y a la Comisión por la Justicia y la Verdad, que se intensifique la búsqueda para poder darle cristiana sepultura.
Para hoy sus familiares y amigos tienen previsto rendirle un homenaje al joven revolucionario en Aragua de Barcelona, en la plaza que lleva su nombre, donde su amigo Miguel Pinto será el orador de orden y denunciará una vez más las torturas y violaciones de los derechos humanos en los tiempos de la cuarta República.

NELYTZA MATUZALÉN LARA / CIUDAD CCS